sábado, 14 de junio de 2014
martes, 10 de junio de 2014
LAS FOBIAS
LAS FOBIAS
Una fobia es un trastorno de salud emocional o psicológico que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas como, por ejemplo: a los insectos o a los lugares cerrados. Las fobias son un trastorno psicológico que tiene una amplia incidencia en la población mundial. Una de cada veinte personas, aproximadamente, padece una fobia de uno u otro tipo. ¿En qué consisten? El manual de diagnostico de los trastornos mentales (DSM-IV) las define como un temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específico. Una persona fóbica siente un miedo exagerado y sin sustento real ante determinadas situaciones u objetos, y en ocasiones esto puede incluso provocarle malestar físico: temblores incontrolables, mareos, sudoración excesiva, palpitaciones, etc. En los casos más extremos, pueden llegar a producirse ataques de pánico.
¿Qué clases de fobias hay?
Existe un amplio espectro de las fobias conocidas como específicas: así se conoce al trastorno cuando el miedo está desencadenado por un determinado factor fácilmente identificable. Esas fobias tienen nombres propios, tales como la claustrofobia (miedo al encierro), la zoofobia (miedo a los animales), la coulrofobia (miedo a los payasos), la triscadecafobia (miedo al número 13), etc.
Otro tipo de fobia muy común es la fobia social, que es aquel trastorno por el cual la persona manifiesta un temor y una ansiedad excesivos ante situaciones que impliquen mostrarse o hablar en público. No ha de confundirse con mera timidez, pues en el caso de una fobia este miedo implica un impedimento para que la persona se maneje de manera normal en sociedad, en su entorno laboral o familiar.
¿Por qué algunas personas padecen de fobias?
Las causas de la aparición de una fobia no siempre están claras. La mayoría de ellas tiene su origen en la infancia, si bien no deben confundirse con los temores infantiles normales que van superándose conforme madura el niño. Las fobias persisten en la edad adulta e incluso se pueden incrementar, aún cuando el paciente es consciente de que sus temores son irracionales y sin fundamento.
Una fobia es un trastorno de salud emocional o psicológico que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas como, por ejemplo: a los insectos o a los lugares cerrados. Las fobias son un trastorno psicológico que tiene una amplia incidencia en la población mundial. Una de cada veinte personas, aproximadamente, padece una fobia de uno u otro tipo. ¿En qué consisten? El manual de diagnostico de los trastornos mentales (DSM-IV) las define como un temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específico. Una persona fóbica siente un miedo exagerado y sin sustento real ante determinadas situaciones u objetos, y en ocasiones esto puede incluso provocarle malestar físico: temblores incontrolables, mareos, sudoración excesiva, palpitaciones, etc. En los casos más extremos, pueden llegar a producirse ataques de pánico.
¿Qué clases de fobias hay?
Existe un amplio espectro de las fobias conocidas como específicas: así se conoce al trastorno cuando el miedo está desencadenado por un determinado factor fácilmente identificable. Esas fobias tienen nombres propios, tales como la claustrofobia (miedo al encierro), la zoofobia (miedo a los animales), la coulrofobia (miedo a los payasos), la triscadecafobia (miedo al número 13), etc.
Otro tipo de fobia muy común es la fobia social, que es aquel trastorno por el cual la persona manifiesta un temor y una ansiedad excesivos ante situaciones que impliquen mostrarse o hablar en público. No ha de confundirse con mera timidez, pues en el caso de una fobia este miedo implica un impedimento para que la persona se maneje de manera normal en sociedad, en su entorno laboral o familiar.
¿Por qué algunas personas padecen de fobias?
Las causas de la aparición de una fobia no siempre están claras. La mayoría de ellas tiene su origen en la infancia, si bien no deben confundirse con los temores infantiles normales que van superándose conforme madura el niño. Las fobias persisten en la edad adulta e incluso se pueden incrementar, aún cuando el paciente es consciente de que sus temores son irracionales y sin fundamento.
EFECTO DE PRIMACÍA
EFECTO DE PRIMACÍA
Se llama efecto de primacía a la capacidad que tiene la primera impresión sobre una persona ,animal o cosa para generar en la mente una idea permanente sobre ello. Dicho de otra forma, aunque las siguientes impresiones sean contradictorias con la primera, tendemos a guiarnos por esa primera impresión.
La capacidad de atención parece tener mucho que ver en este efecto. Ciertamente, cuando acabamos de conocer a alguien, todos nuestros sentidos están alerta. Es cuando nos formamos el primer juicio sobre esa persona. Después, una vez establecido un juicio sobre esa persona, los demás siguen siendo igual a nuevos estímulos. El núcleo amigdalina se encarga de asociar emociones a los recuerdos y, por ende, facilita que los recuerdos asociados a emociones intensas se registren con mayor facilidad en el archivo permanente de la memoria a largo plazo. Cuando conocemos por primera vez a una persona nuestro sistema está en alerta en previsión de amenazas. Esa sensación de posible amenaza estimula las emociones tanto positivas como negativas y hace que ese recuerdo permanezca con mayor intensidad.
Se llama efecto de primacía a la capacidad que tiene la primera impresión sobre una persona ,animal o cosa para generar en la mente una idea permanente sobre ello. Dicho de otra forma, aunque las siguientes impresiones sean contradictorias con la primera, tendemos a guiarnos por esa primera impresión.
La capacidad de atención parece tener mucho que ver en este efecto. Ciertamente, cuando acabamos de conocer a alguien, todos nuestros sentidos están alerta. Es cuando nos formamos el primer juicio sobre esa persona. Después, una vez establecido un juicio sobre esa persona, los demás siguen siendo igual a nuevos estímulos. El núcleo amigdalina se encarga de asociar emociones a los recuerdos y, por ende, facilita que los recuerdos asociados a emociones intensas se registren con mayor facilidad en el archivo permanente de la memoria a largo plazo. Cuando conocemos por primera vez a una persona nuestro sistema está en alerta en previsión de amenazas. Esa sensación de posible amenaza estimula las emociones tanto positivas como negativas y hace que ese recuerdo permanezca con mayor intensidad.
A la hora de formarnos
impresiones de los demás, lo primero que vemos o sabemos de ellos
tiene un impacto mayor en nuestra opinión de esa persona.
En un experimento se
describió a una persona de dos formas diferentes:
A) Juan es inteligente,
trabajador, impulsivo, crítico, terco y envidioso.
B) Juan es envidioso, terco,
crítico, impulsivo, trabajador e inteligente.
Las dos frases dicen
exactamente lo mismo, pero una comienza con los rasgos positivos y la otra con
los negativos. Las personas que leían la frase A se formaban una mejor
impresión de Juan que los que leían la frase B.
Así mismo, percibimos como
más inteligente a la persona que comienza respondiendo correctamente a una
serie de preguntas de un test de inteligencia, aunque luego su rendimiento
sea menor, que a una persona que comienza peor, pero luego mejora su
rendimiento, a pesar de que ambos responden bien al mismo número de preguntas.
De nuevo, lo primero que vemos o sabemos sirve para emitir un juicio sobre esta
persona, puesto que no tenemos control sobre el orden en que recibimos una
información determinada, ser conscientes de este efecto puede ayudarnos a
corregirlo.
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