LAS FOBIAS
Una fobia es un trastorno de salud emocional o psicológico que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas como, por ejemplo: a los insectos o a los lugares cerrados. Las fobias son un trastorno psicológico que tiene una amplia incidencia en la población mundial. Una de cada veinte personas, aproximadamente, padece una fobia de uno u otro tipo. ¿En qué consisten? El manual de diagnostico de los trastornos mentales (DSM-IV) las define como un temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específico. Una persona fóbica siente un miedo exagerado y sin sustento real ante determinadas situaciones u objetos, y en ocasiones esto puede incluso provocarle malestar físico: temblores incontrolables, mareos, sudoración excesiva, palpitaciones, etc. En los casos más extremos, pueden llegar a producirse ataques de pánico.
¿Qué clases de fobias hay?
Existe un amplio espectro de las fobias conocidas como específicas: así se conoce al trastorno cuando el miedo está desencadenado por un determinado factor fácilmente identificable. Esas fobias tienen nombres propios, tales como la claustrofobia (miedo al encierro), la zoofobia (miedo a los animales), la coulrofobia (miedo a los payasos), la triscadecafobia (miedo al número 13), etc.
Otro tipo de fobia muy común es la fobia social, que es aquel trastorno por el cual la persona manifiesta un temor y una ansiedad excesivos ante situaciones que impliquen mostrarse o hablar en público. No ha de confundirse con mera timidez, pues en el caso de una fobia este miedo implica un impedimento para que la persona se maneje de manera normal en sociedad, en su entorno laboral o familiar.
¿Por qué algunas personas padecen de fobias?
Las causas de la aparición de una fobia no siempre están claras. La mayoría de ellas tiene su origen en la infancia, si bien no deben confundirse con los temores infantiles normales que van superándose conforme madura el niño. Las fobias persisten en la edad adulta e incluso se pueden incrementar, aún cuando el paciente es consciente de que sus temores son irracionales y sin fundamento.
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